jueves, 28 de febrero de 2013

EL SIGLO XV

En la literatura del siglo XVIII se pueden diferenciar tres tendencias literarias: la clasicista o neoclásica, heredera del clasicismo desarrollado de forma simultánea al barroco durante el siglo XVII, y que continuó vigente a lo largo que casi todo el siglo XVIII, sobre todo en poesía y teatro; la ilustrada vinculada a la corriente filosófica e ideológica de la Ilustración y la Encyclopédie; y la prerromántica, que rechazaba la estética neoclásica anticipando el romanticismo del siglo XIX.


Marco histórico
El dato más relevante del siglo XVIII desde el punto de vista histórico es el auge de la burguesía, que si era una clase social incipiente ya en el periodo Renacimiento, es esencial cuantitativa y cualitativamente en el siglo XVIII. Sus causas principales son el "desarrollo del artesanado urbano", creciente gracias a la demanda de los artículos de consumo por parte de la nobleza y de la monarquía y el "desarrollo de la actividad mercantil", en especial del comercio marítimo. En los siglos anteriores las rutas por mar habían sido ya muy frecuentadas con las explotación de América y Asia por parte de España y Portugal, pero los nuevos tiempos están marcados por la hegemonía económica de Inglaterra y su expansión por ultramar. El incremento de la población en los puertos, gracias a su carácter de núcleo comercial, dio lugar a nuevas actividades económicas que reforzaron la nueva clase social en ascenso.


Neoclasicismo
El momento de esplendor de la tendencia clasicista se remonta a finales del siglo XVII, pero sus influencias llegarán a la literatura ilustrada. Su estética se encuentra sintetizada en La poética de Boileau, publicada en 1674, y se basa en un sentimiento filtrado por el intelecto y en una referencia a "los antiguos" como clásicos dignos de imitación. Se niegan también los excesos del barroco y del rococó. En el teatro domina la regla aristotélica de las tres unidades: espacio, tiempo y acción, que limita cada espacio de acción a un sólo lugar y a un sólo día, mientras que en la poesía se impone el verso alejandrino de catorce sílabas, y formas clásicas como la fábula, la elegía y la égloga. Mas es precisamente en el siglo XVIII cuando las reglas clásicas son discutidas, coincidiendo el triunfo del neoclasicismo en las artes plásticas con su decadencia en la literatura.

Características sobre el contenido

Predomina la razón ante la emoción, imaginación y sensibilidad.
El carácter de las obras literarias es impersonal y colectivo, civil y moral.
La literatura tienen un fin útil para el hombre, pudiendo ser didáctico, moral o social. De ahí que se cree en Francia la Encyclopédie. El Emilio de Rousseau es además de una novela, un tradado de educación.





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