jueves, 28 de febrero de 2013

LA CELESTINA


La Celestina es el nombre con el que se conoce desde el siglo XVI a la obra titulada primero Comedia de Calisto y Melibea y después Tragicomedia de Calisto y Melibea, atribuida casi en su totalidad al bachiller Fernando de Rojas. Es una obra del Prerrenacimiento escrita durante el reinado de los Reyes Católicos

Existen dos versiones de la obra: la Comedia (1499, 16 actos) y la Tragicomedia (1502, 21 actos). La crítica tradicional ha debatido profusamente el género literario de La Celestina, dudando si clasificarla como obra dramática o como novela.


Contexto histórico y social
La Celestina se escribe durante el reinado de los Reyes Católicos, cuyo matrimonio se celebra en 1469 y alcanza hasta 1504, año de la muerte de Isabel la Católica, que ocupa la última fase del Prerrenacimiento en España. Durante esta unión dinástica de los reinos de Castilla y Aragón se produce en 1492 el descubrimiento de América, la conquista de Granada y la expulsión de los judíos, tres hechos de gran significado en la historia de España.


Autoría
Aunque el autor es Fernando de Rojas, existe cierta controversia en este punto, en parte inducida por el mismo autor. La obra no va firmada y Fernando de Rojas es el nombre que encontramos en el acróstico de los versos preliminares a la obra.


Género literario
El género de La Celestina es una cuestión polémica, que surge ya en el siglo XVIII cuando el problema del género se plantea. La inflexible preceptiva neoclásica apremiaba a encajar la obra en un modelo preexistente, pero los férreos moldes de los géneros dieciochescos imposibilitan ese propósito, lo que deterioró su consideración entre los idealizantes escritores del Neoclasicismo, como Moratín, que la llamó «novela dramática» para denotar la mezcla de géneros y la originalidad de la obra. Otro crítico y escritor, éste de la Renaixença catalana, Buenaventura Carlos Aribau, la llamó «novela dialogada».

Estructura

Prólogo: encuentro de Calisto y Melibea en la escena I.
Primera parte: intervención de Celestina y los criados y muerte de los tres. Primera noche de amor.
Segunda parte: tema de la venganza. Segunda noche de amor. Muerte de Calisto, suicidio de Melibea. Llanto de Pleberio.

acto I.................pecado
actos II–XIV........pérdida de la hacienda
actos XV–XVIII.....fama
acto XIX.............vida y alma
actos XX–XXI.......recapitulación.

http://www.iessierraalmenara.es/users/mo1025/celestina/celestina.html
http://www.cervantesvirtual.com/bib/bib_obra/celestina/

EL SIGLO XV

En la literatura del siglo XVIII se pueden diferenciar tres tendencias literarias: la clasicista o neoclásica, heredera del clasicismo desarrollado de forma simultánea al barroco durante el siglo XVII, y que continuó vigente a lo largo que casi todo el siglo XVIII, sobre todo en poesía y teatro; la ilustrada vinculada a la corriente filosófica e ideológica de la Ilustración y la Encyclopédie; y la prerromántica, que rechazaba la estética neoclásica anticipando el romanticismo del siglo XIX.


Marco histórico
El dato más relevante del siglo XVIII desde el punto de vista histórico es el auge de la burguesía, que si era una clase social incipiente ya en el periodo Renacimiento, es esencial cuantitativa y cualitativamente en el siglo XVIII. Sus causas principales son el "desarrollo del artesanado urbano", creciente gracias a la demanda de los artículos de consumo por parte de la nobleza y de la monarquía y el "desarrollo de la actividad mercantil", en especial del comercio marítimo. En los siglos anteriores las rutas por mar habían sido ya muy frecuentadas con las explotación de América y Asia por parte de España y Portugal, pero los nuevos tiempos están marcados por la hegemonía económica de Inglaterra y su expansión por ultramar. El incremento de la población en los puertos, gracias a su carácter de núcleo comercial, dio lugar a nuevas actividades económicas que reforzaron la nueva clase social en ascenso.


Neoclasicismo
El momento de esplendor de la tendencia clasicista se remonta a finales del siglo XVII, pero sus influencias llegarán a la literatura ilustrada. Su estética se encuentra sintetizada en La poética de Boileau, publicada en 1674, y se basa en un sentimiento filtrado por el intelecto y en una referencia a "los antiguos" como clásicos dignos de imitación. Se niegan también los excesos del barroco y del rococó. En el teatro domina la regla aristotélica de las tres unidades: espacio, tiempo y acción, que limita cada espacio de acción a un sólo lugar y a un sólo día, mientras que en la poesía se impone el verso alejandrino de catorce sílabas, y formas clásicas como la fábula, la elegía y la égloga. Mas es precisamente en el siglo XVIII cuando las reglas clásicas son discutidas, coincidiendo el triunfo del neoclasicismo en las artes plásticas con su decadencia en la literatura.

Características sobre el contenido

Predomina la razón ante la emoción, imaginación y sensibilidad.
El carácter de las obras literarias es impersonal y colectivo, civil y moral.
La literatura tienen un fin útil para el hombre, pudiendo ser didáctico, moral o social. De ahí que se cree en Francia la Encyclopédie. El Emilio de Rousseau es además de una novela, un tradado de educación.





jueves, 21 de febrero de 2013

EL ROMANCERO


A) Introducción
Los romances son poemas épicos o épico-líricos, casi siempre breves, compuestos originariamente para ser cantados o recitados al son de un instrumento.

Los romances más antiguos son de finales del siglo XIV y principalmente del siglo XV. Se llaman romances viejos y pertenecen a la literatura popular y tradicional con todas sus características de transmisión oral, anonimia, variantes, etc.

A partir del siglo XVI hasta finales del XVII, muchos poetas cultos - Cervantes, Lope de Vega, Góngora, Quevedo,. - componen también romances, a los que se les da el nombre de romances nuevos o artísticos que amplían y renuevan el contenido temático y los recursos formales. Durante el Romanticismo y en el siglo XX se conocerá una nueva floración de este tipo de romances cultos - Duque de Rivas, Zorrilla, Antonio Machado, Unamuno, Gerardo Diego, García Lorca, Alberti.

B) Origen
Según la teoría más admitida, los romances más viejos proceden de ciertos fragmentos de los antiguos cantares de gesta, especialmente atractivos para el pueblo, que los retenía en la memoria y después de cierto tiempo, desgajados del cantar, cobraban vida independiente y eran cantados como composiciones autónomas con ciertas transformaciones.

Más tarde, los juglares, dándose cuenta del éxito de los romances tradicionales, compusieron otros muchos, no desgajados de un cantar, sino inventados por ellos, generalmente más extensos y con una temática más amplia.

C) Estilo
Desde el punto de vista estilístico, el Romancero manifiesta una gran sencillez y sobriedad de recursos: descripciones parcas y realitas, casi total ausencia de elementos fantásticos o maravillosos, escasez de adjetivos y metáforas. A pesar de ello se consigue una extraordinaria viveza narrativa y los más variados efectos poéticos.


http://roble.pntic.mec.es/msanto1/lengua/1romance.htm

http://depts.washington.edu/hisprom/espanol/

viernes, 15 de febrero de 2013

ARTE ROMANO



COLISEO ROMANO ITALIA 
El arte romano, al igual que su arquitectura e ingeniería, se extendió, como su imperio, a lo largo y ancho del perímetro del Mar Mediterráneo, siendo uno de los principales exponentes de la avanzada civilización romana.

El arte romano hunde sus raices en diversas influencias, especialmente del mundo etrusco y del griego.

La fuerte organización y personalidad del Imperio Romano exige un arte y una arquitectura que aúne el carácter funcional con el propagandístico. De esta forma nace un arte muy centralizado y unitario que abarca todo el imperio, no sólo Roma sino, en mayor o menor medida, a todas su provincias.

pintura ponpella 

No cabe duda que el arte romano es la manifestación artística más significativa de la historia del mundo occidental, ya que su influencia nunca se ha dejado percibir a lo largo de los muchos siglos desde su desaparición en toda Europa. No ha habido momento histórico (quizás el gótico es el arte y arquitectura más alejada del canon romano) que no haya sufrido en mayor o menor medida su influencia.

El Arte Romano tiene su principal manifestación en la arquitectura, tanto religiosa, como civil. pero otras manifestaciones de primer orden son su magnífica escultura y en menor medida la pintura.


El mosaico es otra de las artes más brillantes del mundo romano.

Las villas tardorromanas tuvieron frecuentemente sus suelos cubiertos por hermosos mosaicos con figuras geométricas, escenas de caza, mitológicas, etc.



http://pompeya.desdeinter.net/index.htm
http://www.pompeiturismo.it/index.php?option=com_expose&Itemid=47&lang=es

viernes, 8 de febrero de 2013

EL LIBRO DE EL BUEN AMOR


Escrito en el siglo XIV (1381-1389), en plena Edad Media española, por Juan Ruiz, Arcipreste de Hita(Guadalajara, diócesis de Toledo), nacido en Alcalá de Henares (Madrid). Un arcipreste es un cargo religioso que dirige una zona de una diócesis (a su vez, la diócesis es administrada por un obispo).
Mediante continuos recursos irónicos, el autor equilibra la desvergüenza y la delicadeza en un texto tan didáctico como humorístico, tan piadoso como lujurioso. Y tan sencillo en ocasiones y oscuro en otras como corresponde a los escritos de un clérigo de hace setecientos años. En un fragmento (sobre el sacramento de la penitencia), el autor avisa de que:

“Escolar soy muy rudo, ni maestro ni doctor,
aprendí y sé poco para ser demostrador;
esto que yo digo entiéndalo usted mejor;
bajo la vuestra enmienda pongo el mi error.”
El título actual dado a toda la obra (Libro de buen amor) se infiere de los propios comentarios que contiene, puesto que ha llegado hasta nosotros sin una denominación genérica clara. Lo propuso el filólogo Ramón Menéndez Pidal en 1898. Nótese que se le denomina “de” buen amor, y no “del” buen amor.


El Libro se enmarca en la ideología religiosa castellana de la época, algo más cercana en lo erótico al texto hebreo original de la Biblia y sus interpretaciones (donde el sexo no se considera malo) que a la versión oficial del tema que se pretende imponer desde Roma, en la que el placer sexual no es admitido como algo positivo. El Arcipreste (sacerdote de cierta categoría) habla con naturalidad en su obra de la extendida barraganía de los clérigos (tener una mujer como pareja civil, sin casarse por la Iglesia), e incluso de sus amores con una monja.