viernes, 8 de febrero de 2013

EL LIBRO DE EL BUEN AMOR


Escrito en el siglo XIV (1381-1389), en plena Edad Media española, por Juan Ruiz, Arcipreste de Hita(Guadalajara, diócesis de Toledo), nacido en Alcalá de Henares (Madrid). Un arcipreste es un cargo religioso que dirige una zona de una diócesis (a su vez, la diócesis es administrada por un obispo).
Mediante continuos recursos irónicos, el autor equilibra la desvergüenza y la delicadeza en un texto tan didáctico como humorístico, tan piadoso como lujurioso. Y tan sencillo en ocasiones y oscuro en otras como corresponde a los escritos de un clérigo de hace setecientos años. En un fragmento (sobre el sacramento de la penitencia), el autor avisa de que:

“Escolar soy muy rudo, ni maestro ni doctor,
aprendí y sé poco para ser demostrador;
esto que yo digo entiéndalo usted mejor;
bajo la vuestra enmienda pongo el mi error.”
El título actual dado a toda la obra (Libro de buen amor) se infiere de los propios comentarios que contiene, puesto que ha llegado hasta nosotros sin una denominación genérica clara. Lo propuso el filólogo Ramón Menéndez Pidal en 1898. Nótese que se le denomina “de” buen amor, y no “del” buen amor.


El Libro se enmarca en la ideología religiosa castellana de la época, algo más cercana en lo erótico al texto hebreo original de la Biblia y sus interpretaciones (donde el sexo no se considera malo) que a la versión oficial del tema que se pretende imponer desde Roma, en la que el placer sexual no es admitido como algo positivo. El Arcipreste (sacerdote de cierta categoría) habla con naturalidad en su obra de la extendida barraganía de los clérigos (tener una mujer como pareja civil, sin casarse por la Iglesia), e incluso de sus amores con una monja.



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